Juicy Couture el chándal de moda

¿A qué huele el deporte? ¿Cuál es el olor de una vida de supergimnasios, spas exclusivos y compras en el mall después de pilates? A éxito, claro. O a Juicy Couture, que viene a ser lo mismo. La marca que dio alas al chandaleo fino ya tiene su propio perfume. Era lo que le faltaba después de hacer pasar por el aro del sweat chic a toda celebridad femenina que se precie, desde Madonna a Paris Hilton, y de llevar su aterciopelado influjo sport al terreno masculino, infantil e incluso animal (en Beverly Hills nadie se olvida de sus mascotas). 

Un nuevo golpe maestro de Gela Nash-Taylor y Pamela Skaist-Levy, dos californianas que convirtieron su gran amistad en un negocio multimillonario. Gela (señora del Duran Duran John Taylor) y Pamela (casada con el productor televisivo Jefery Levy) han querido que su perfume sea la representación olfativa de todo aquello que les fascina: el París de María Antonieta, el teatro de los gatos de Moscú, las fotos de Cecil Beaton, el Hotel Ritz, las cajas de macarons, la campiña inglesa y el sol de California. 

Y lo han conseguido con una base de crème brûlée, vainilla, maderas preciosas y pachuli, sobre las que se alzan notas frescas de sandía, mandarina y fruta rosada de la pasión, además de pequeños toques de caléndula y manzana verde realzados con tuberosa, rosa salvaje y lirio princesa. Todo eso es Juicy Couture, la fragancia. Desde el mismo perfume hasta el gel, el exfoliante o los polvos para el cuerpo, todos los productos de la gama se presentan en envases llenos de detalles que responden a ese estilo de vida tan particular que han creado las dos imaginativas diseñadoras.

¿Qué os movió a crear Juicy Couture?
Nos conocimos en 1990 y, de inmediato, decidimos trabajar en una línea de ropa premamá, Travis Jeans, bautizada así por el hijo de Gela. En 1996 desarrollamos realmente la idea que nosotras teníamos de una marca alegre y colorida: Juicy Couture.

¿Es difícil conservar la amistad cuando hay un negocio por medio? ¿Cuál es vuestro secreto?
Somos las mejores amigas que puede haber, y tenemos tal amor por Juicy que es como si tuviéramos una sola mente. El secreto es la franqueza y la comunicación. ¡Y compartir la ropa!
Para diseñar una marca como la vuestra, ¿es importante tener sentido del humor?
Completamente. Ambas lo tenemos, desde luego, y nos hizo mucha falta cuando empezamos el negocio. Eso, y una dedicación total.

¿Cómo combináis la vida familiar con la profesional?
Es difícil mantener un equilibrio y nos limitamos a vivir al día. Por muy importante que sea Juicy, nuestras familias son lo primero.
¿El hecho de que vuestros maridos procedan del mundo artística os ayudó a desarrollar la marca?
Desde luego, sus profesiones nos han servido de referencia. Y los dos nos apoyan mucho, en parte, porque sus trabajos también son muy exigentes, así que ellos pueden sentirse identificados.

A la hora de diseñar, y como californianas que sois, ¿os influyen factores como el clima, la gente y las costumbres?
Por supuesto. Juicy tiene una fuerte influencia del estilo de vida de California, con gusto por lo informal, lo despreocupado y lo desenvuelto.

Pero también os fascina todo lo british...
Es otra de las grandes influencias. Nuestras tiendas son una mezcla alocada del estilo ecuestre inglés y del carácter californiano.

¿A quién se dirige Juicy Couture?
A una mujer confiada, divertida, despierta ¡y, por supuesto, coqueta! No tiene miedo a probar cosas nuevas y siempre está dispuesta a lucir un poquito de lujo.
¿Vuestros diseños son para una mujer eternamente joven (y no en referencia exclusiva a la edad)?
Sin duda, diseñamos para alguien que puede sintonizar con su infancia. Elementos como los volantes, los cuellos Peter Pan y los botones ornamentados lo dejan bastante claro.

Lanzáis mensajes que reivindican el girl power...
Nos inspiran mucho las mujeres fuertes e independientes. ¡Todas las que nos rodean! La inteligencia y la iniciativa son elegantes.

Los vaqueros y el chándal fueron un hit instantáneo para vuestra firma. ¿Demostrasteis que el sport también puede ser chic?
Por supuesto. El primer chándal de Juicy encarnó esto a la perfección. Lo diseñamos para el tipo de vida de la costa oeste, pero quisimos hacerlo elegante para poder utilizarlo en cualquier ocasión.

Hombres, niños, mascotas, cosméticos, accesorios... ¿Qué os queda por crear?
¡Seguiremos haciendo couture para las masas! Nos dedicamos a diseñar colecciones elegantes y espléndidas a todos los precios y para todas las chicas a quienes les guste el lujo informal. Siempre tenemos ideas sorprendentes para incorporar a la marca... ¡así que no cambiéis de sintonía! 

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